Método cientifico

El griego métodos y el latín methodus constituyen la raíz etimológica del vocablométodo. Esto es, camino en su significación literal.

Es, especialmente, a partir del siglo XVI que el vocablo adquiere su significación específica. Martín Alonso en su Enciclopedia del Idioma no señala, como Góngora en sus obras, define el método científico como el modo de decir o hacer con orden una cosa.

A partir de ese momento podemos encontrar innumerables definiciones del método como camino hacia el conocimiento. Sería larga y a la vez insulsa la enumeración de tales definiciones. No será el propósito de este artículo.

En general podemos llamar método al recurso científico que nos permite organizar nuestra capacidad de pensamiento científico que nos permite organizar nuestra capacidad de pensamiento científico, y para descubrir la verdad, las leyes que ignoramos o ya para probarla y demostrarla a otros, cuando la conocemos, con el objetivo de transformar, por medio de la práctica científica, la realidad. 

Significa, literalmente, el hecho de seguir un camino, esto es, Actividades de investigación y desarrollo pero con un plan prefijado y con unas reglas aptas para conducir al fin propuesto. Es por decir así un protocolo de pensamientos para lograr conocer el Objeto de investigación y su problema de investigación, con el fin de desarrollar o transformar la realidad.

El método cientifico es camino hacia el conocimiento, más que conocimiento. Es posibilidad de actuación científica para hallar las leyes que rigen los diversos objetos de investigación.

En 1958 H. Mehlberg, de la Universidad de Toronto, publica su libro Reach of Science en donde define el método como «(..) la enunciación de un conjunto de enunciados, que describen una secuencia repetible de operaciones, tal que toda secuencia particular de operaciones así descrita pueda permitir a todo individuo o grupo humano producir infaliblemente o en una apreciable proporción de casos, un hecho repetible llamado al objetivo del método.

Esta definición está ubicada en ángulos filosóficos que van desde el idealismo subjetivo hasta el positivismo, se identifica en un aspecto esencial con otra serie de definiciones: su metafísica.

En general existen muchas definiciones que, como esta, se reducen a plantear el problema del método en su aspecto formal, simplemente lógico. Podemos llamar método-dice-al arte de disponer la sucesión de los pensamientos, la enunciación de un conjunto de enunciados, etc. (…). Su limitación metafísica consiste en reducir el problema del método, a un mero problema teórico, a un mero ejercicio mental a través del cual se descubre la verdad que ignoramos o probamos la verdad que conocemos.

¿Se reduce a eso la problemática del método? ¿Es eso lo esencial al tratar de definir el método de trabajo científico?

Una definición histórica, crítica del método debe empezar por reconocer que, además de camino o modo de conocimiento es, ante todo, la forma práctica y teórica de actuación del hombre frente a la Naturaleza y la Sociedad, con destino a su transformación y dominio. En el terreno de la producción es la manera de preparar las cosas, cultivar las plantas útiles, criar los animales, etc.

En el campo de la ciencia(Características de la ciencia) es la forma de obtener nuevos resultados en el pensamiento, con el fin de actuar en la práctica social.

He ahí el método, según el planteamiento histórico. No será un problema subjetivo, sino un asunto objetivo. Tendrá relación, especialmente con el objeto de investigación, aunque será aplicado por el sujeto de investigación.

No depende de las intenciones, deseos, etc. del hombre, sino del condicionamiento social histórico, natural o informativo de la realidad. Por eso el método tiene como premisa indispensable la teoría, como punto de partida la hipótesis.

La desvinculación del método del proceso global objetivo de la actividad práctica del hombre conduce necesariamente a una apreciación desligada de todo contexto y sin significación práctica para el hombre. He ahí el peligro de las definiciones metafísicas.

Con autorización de Lizardo Carvajal